Para comenzar, hay que precalentar el horno a 180 grados.
Mientras el horno se calienta, podemos aprovechar para pelar los dientes de ajo y cortarlos en pedacitos menudos. También se pueden triturar.
Después podemos pelar y cortar la cebolla en cubos o en ruedas delgadas.
Luego vamos a cortar las patatas en ruedas. Pelarlas o no pelarlas queda al gusto de cada quien (pelarlas es lo más tradicional, pero no pelarlas es lo que más me gusta a mí).
Ahora vamos a acomodar las lubinas en un recipiente para horno.
En el espacio que resta, acomodaremos las rodajas de patatas.
Luego dispondremos la cebolla sobre los otros ingredientes, igual que las ramitas de romero.
Bañaremos el contenido del recipiente con buenos chorros de aceite de oliva, y espolvorearemos todo con los trozos de ajo (o terminaremos de deshacer el ajo triturado con la mano), la sal de grano y pimienta al gusto. Podemos deslizar un poco las lubinas para que también se impregnen de aceite por debajo.
Ahora llevaremos el recipiente al horno por 30 o 35 minutos. A la mitad de la cocción es recomendable voltear las rodajas de patatas. No dudes en salpicar los ingredientes con un poco de agua o incluso con más aceite. La idea es que no se sequen durante la cocción en el horno.
Cuando saques las lubinas del horno, estarán listas para servirse. Entonces, espolvorea cada una con una cucharada de perejil picado.
Para acompañar los platos puedes disponer el limón cortado en gajos en un pequeño recipiente, o un trozo de limón en un lado de cada plato. También puedes cortar el limón en rodajas y hasta aprovecharlas para convertirlas en parte de la decoración del pescado. Yo las acomodo a los lados o por encima.