Primero, precalentamos el horno a 200ºC.
Vamos a empezar con la base: la harina de avena. Si ya la tienes, puedes saltar este párrafo. Ahora, si no la tienes no te preocupes, vamos a convertir 1/2 taza de copos de avena en harina.Tan sencillo como procesarlo en una licuadora. En casa, nosotros tenemos una licuadora de mano, marca Tarbus y pude procesarla sin ningún inconveniente; el único problema logístico fue tener cuidado con los ojos, porque si le daba mucha velocidad la avena salía volando.
En un bol batimos las 5 claras junto con el zumo del limón. Realmente batir las claras por separado no es necesario, es maña mía. Agregamos la banana que mientras más maduro esté mejor y volvemos a batir.
Aparte mezclamos: la harina de avena, el salvado de trigo, la canela y el coco. Y se lo agregamos al bol que teníamos con las claras, vamos a mezclar con una cuchara. Luego agregamos la 1/2 taza de copos de avena, esto lo dejo para el final porque sirve para darle consistencia y esa textura típica de las galletas de avena.
Prueba la mezcla y agrega el azúcar o edulcorante que le haga falta, según tu gusto. Esto lo recomiendo porque la banana y el coco le dan un toque bastante dulce.
Ahora, sólo queda colocar papel vegetal en una bandeja, y con una cuchara y mucho arte hacer las galletas. Una cucharada, 1 galleta. Si son primerizos en esto, no se preocupen, las primeras siempre salen con formas particulares, poco a poco quedarán perfectas.
Al horno, por 20 o 30 minutos. Dependerá del horno, lo importante es que se vean doraditas y queden crujientes.