Vamos a comenzar por pelar los dientes de ajo y la cebolla. Luego vamos a picarlos en trozos muy finos. Reservar.
También picaremos el tocino en trocitos pequeños, igual que el huevo duro cocido. Reservar.
En un recipiente grande, vamos a salpimentar la carne molida, agregarle una pizca de nuez moscada, los trocitos de huevo duro cocido y una cucharadita de café del orégano en polvo. Vamos a revolver todo muy bien y los vamos a reservar momentáneamente.
Luego haremos un sofrito con un poquito de aceite (muy poquito, porque después tendremos la grasa del tocino), el ajo y la cebolla, a fuego medio, teniendo mucho cuidado de que no comiencen a tornarse color café los ingredientes (sobre todo el ajo).
Después de unos cinco minutos, agregaremos los trocitos de tocino y los cocinaremos por un par de minutos más.
Después agregaremos la carne molida que habíamos preparado previamente.
Vamos a mezclarla con los ingredientes del sofrito, y a añadir los orejones y las pasas, si hemos decidido utilizarlos.
Revolvemos bien todo y agregamos también el vino. Tapamos el sartén o cacerola y lo dejamos cocer por unos 20 minutos, regresando con frecuencia para remover el guiso.
Una vez listo el guiso, aprovecharemos para precalentar el horno a 180 grados
Mientras el horno se calienta, vamos a rellenar el pollo (bien limpio y sin restos de plumas) , con cuidado de que vaya quedando bien armado. Es recomendable coser el pollo al final o cerrarlo con palillos, para poderlo hornear sin riesgo de perder el guiso. De hecho, esto dependerá del corte, porque hay formas de deshuesar el pollo sin necesidad de coserlo después.
Para meter el pollo al horno, hay que acomodarlo en un Pyrex de vidrio o equivalente. Hay que engrasar bien el exterior del pollo con aceite, o con trozos de mantequilla que se derretirán con el calor (yo prefiero la segunda opción, porque desde mi punto de vista, le da más gusto al plato).
Dejaremos hornear el pollo entre 60 y 80 minutos, contemplando más o menos tiempo según su peso. Asegúrate de que se mantenga bien engrasado para que no se seque ni se deshidrate.
Una vez dorado el pollo y terminada la cocción, lo sacaremos y lo dejaremos reposar a temperatura ambiente.
Con un pollo bien relleno, es posible realizar cortes en ruedas con un cuchillo eléctrico.