Vamos a comenzar por precalentar el horno a 180 grados.

Lo primero que haremos con las verduras, es que pelaremos las papas y las cortaremos en un punto intermedio entre rodajas y láminas. Trataremos de obtener unas piezas de entre 60 y 50 milímetros de espesor. Evidentemente, esto es un cálculo aproximado, a la vista, sin necesidad de medirlas con una regla :) . Reservaremos nuestras patatas picadas.

Luego, vamos a pelar las cebollas y a cortarlas en ruedas, para luego cortar esas ruedas en finas cintas (en juliana).

Lo siguiente será calentar un chorro de aceite vegetal en un sartén.

Ahí vamos a sofreír las cebollas recién cortadas, prestando atención a que el fuego no esté muy alto. La idea es cocinarlas hasta que se empiecen a tornar transparentes, moviéndolas con frecuencia para asegurarnos de que no se quemen o peguen.

Aprovecharemos la cocción de los trozos de cebolla, para sazonarlos con un toque de pimienta y otro de sal, al gusto.

Una vez nuestras cebollas ligeramente transparentes, las acomodaremos en un recipiente para horno. Haremos una primera capa al fondo con el 50% de los trozos.

Luego haremos una segunda capa en el recipiente, esta vez usando una parte de las patatas cortadas en rodajas. Vamos a calcular que se trate de la mitad de este ingrediente.

Acto seguido, crearemos otra capa con lo que reste de la cebolla.

Una vez acomodada nuestras capas de papas y cebollas, espolvorearemos el recipiente con los trocitos de ajo y perejil.

El paso siguiente será verter el caldo de pollo. La idea es que alcance más o menos el mismo nivel de altura de las verduras. El caldo que sobre será para rehidratar el plato durante la cocción en el horno.

Es opcional cubrir o no el recipiente con una lámina de aluminio. Esto depende de si preferimos las patatas más hidratadas o más secas. También se puede hacer una parte de la cocción con el recipiente cubierto, y otra retirando el papel. Yo hago esto, y retiro el papel para los últimos diez o quince minutos de cocción, para que las papas queden muy suaves, pero a la vez con cierta textura crujiente en la superficie.

El recipiente irá al horno durante 40 o 45 minutos, dependiendo de la potencia de éste.

Una vez pasado el tiempo de cocción, las patatas panaderas estarán listas para comer.