Empecemos con un paso básico de las recetas al horno: precalentarlo. En este caso, lo haremos a 200 grados centígrados.
De una vez, prepararemos la superficie para instalar nuestras manzanas. Para eso, simplemente utilizaremos la bandeja del horno, pero la recubriremos con papel de hornear. De momento, dejaremos la bandeja fuera del horno que se está calentando.
Luego, seguiremos con otro paso básico para las recetas con manzanas: lavar muy bien estos frutos.
Para continuar, nos armaremos con un cuchillo muy afilado, con el cual cortaremos nuestras manzanas. Iremos directo al centro, para retirar un trozo en forma de tubo, que contenga el corazón de cada fruta, incluyendo los restos de rama y las semillas.
Ahora acomodaremos las cuatro manzanas sobre la bandeja del horno, sin que queden pegadas entre ellas.
Luego tomaremos los siguientes ingredientes para mezclarlos y preparar una especie de salsa: la canela, el azúcar, el vino y la mantequilla (opcional). La idea es mezclar bien todo hasta conseguir una preparación homogénea, la cual verteremos con cuidado en los hoyos que han quedado al centro de cada manzana, con el objetivo de bañar las paredes internas del fruto. La idea no es que la salsa caiga al fondo y se quede ahí. Las manzanas asadas tradicionales no llevan mantequilla, pero yo la agrego para un toque de hidratación opcional.
Antes de meter las manzanas al horno, rocíalas con un poco de azúcar adicional y algunas gotas más de vino.
Ahora sí, nuestras manzanas irán al horno por 25 minutos.
Una vez transcurrido este tiempo, sacaremos las manzanas del horno. Para servir, pueden espolvorearse con más canela y si lo desean, algunas gotas de miel. Se pueden acompañar con helado de vainilla o con nata.