Para comenzar, vamos a poner a hervir una buena cantidad de agua en una olla grande.

Mientras el agua se calienta, vamos a ocuparnos de uno de los ingredientes principales: las papas. Vamos a pelarlas y a picarlas en trozos irregulares.

Ya con el agua hirviendo, agregaremos las papas a la olla, con una pizca de sal. Si bien esto puede hacerse con las papas sin picar, es recomendable agregarlas ya cortadas, para que se cocinen más rápido. De esta forma, la cocción deberá tomar alrededor de unos 20 minutos.

Mientras se cocinan las papas, podemos aprovechar para freír la carne del relleno. En este caso, calentaremos un sartén con un poco de aceite, y ahí freiremos el chorizo o la carne de puerco, según nuestra elección. Para freír el chorizo troceado, debería ser suficiente con 5 minutos, máximo 8. Si se trata de otra carne, puede que tome un poco más de tiempo. Reserva.

También puedes aprovechar este tiempo para preparar la masa de maíz. Utiliza la harina y añade agua, en una proporción de poco menos de tazas de agua, por cada dos tazas de harina. Añade también una pizca de sal, la cucharada de harina de trigo, mezcla bien, y amasa para deshacer los eventuales grumos.

Cuando las papas estén listas, escúrrelas y calcula la mitad de los trozos. Con estos, prepara un puré rápido, aplastándolos con una prensa de papas o hasta con un tenedor.

Luego, integra el puré de papas, la manteca y el queso rallado a la masa. Puedes hacerlo directamente y amasar de nuevo, para mezclar todo, o puedes fundir rápidamente la manteca, con ayuda del microondas o de una olla. Nada más, en este último caso, ten cuidado de no quemarte.

Forma bolitas con la masa, y prepara dos hojas de plástico y un rodillo para irlas aplastando. Calcula cada bolita para que al aplastarse, la masa produzca una especie de tortilla de entre 8 y 10 centímetros.

Una vez aplanada cada pieza, acomoda al centro un poco de cerdo o chorizo, y un poco de papas, usando los trozos cocidos que nos quedan. Si lo deseas, puedes salpimentar las papas antes de incorporarlas para el relleno, y agregarles un toque de orégano.

Luego dobla la masa para cerrarla y que el relleno quede aislado al interior. Ayúdate con las manos para darle una forma de cilindro, o un poco como una empanada o quesadilla.

Calienta más aceite en una sartén, y fríe cada molote, lo suficiente para que se dore por cada una de sus caras.

Prepara un plato cubierto con una hoja de papel absorbente, para colocar los molotes una vez que los saques del sartén. La idea es que el papel absorba un poco de la grasa del aceite.

Eso es todo. Tus molotes mexicanos ya están listos.