Para comenzar, nos ocuparemos del limón. Lo lavaremos bien y le quitaremos la piel, que es la parte que utilizaremos para esta receta. Podemos guardar el resto para utilizarlo en la preparación de otro plato. De momento, reservaremos la piel que venimos de separar.
Luego, en un recipiente mezclaremos la levadura el polvo y la harina, usando un tenedor. Haremos esto con el objetivo de evitar que la primera se quede concentrada en una parte de la mezcla y que nuestro postre se esponje irregularmente.
Para continuar, vamos a necesitar una buena olla anti adherente. Tendremos que para calentarla y fundir, muy rápidamente, la mantequilla. Hay que ser rápidos para no dejar que esta se oscurezca, lo que cambiaría su sabor.
Enseguida, añadiremos 250 mililitros de agua, la piel del limón que hemos preparado previamente, el azúcar y una pizca de sal. Mezclaremos todo bien y dejaremos que se cocine. Hay que esperar a que este líquido comience a hervir.
En este punto, vamos a retirar el limón, para luego agregar la harina y a revolver con mucha rapidez. El objetivo es que no se formen grumos. Hay que asegurarnos de mezclar bien todo y obtener una pasta uniforme. Entonces, sacaremos la olla del calor.
Pasada esta etapa, tendremos que ser un poco pacientes. ¿Por qué? Pues, porque nos falta mezclar los huevos, pero nuestra mezcla está tan caliente que si los añadimos ahora, probablemente se cocinarían con el calor, y no queremos obtener una pasta dulce con huevos revueltos. Así que podemos irnos unos cuantos minutos a encargarnos de alguna otra cosa, mientras dejamos la olla destapada.
Cuando la pasta esté un poco más fría, comenzaremos a añadir los huevos. Haremos esto de uno en uno: es decir, agregaremos el contenido de un huevo, mezclaremos hasta que esté perfectamente mezclado con la pasta y entonces, repetiremos el proceso con el siguiente, hasta que se acaben.
En este punto hay quienes dejan reposar la mezcla, para que agarre más cuerpo. Está bien si puedes hacerlo y dejarla descansar durante algunas horas, pero si no, tampoco es el fin del mundo. El resultado funcionará, aunque tu masa ganará menos tamaño, o “viento” con la cocción.