Comenzaremos por hacernos cargo de la cebolla y los tomates. Lavaremos bien estos últimos y pelaremos la primera (si no estuviera ya pelada).
Picaremos la cebolla en cuadritos menudos. Luego, picaremos el tomate en trozos irregulares (hay quienes prefieren quitarle la piel antes de cortarlos, pero a mí me gusta más dejarla).
Ahora pelaremos los dientes de ajo y los picaremos finamente. También podríamos triturarlos.
En una cacerola antiadherente o una sartén lo suficientemente grande, vamos a calentar un poco de aceite a fuego medio-bajo.
En otra olla muy grande, pondremos a calentar una buena cantidad de agua para hacer los macarrones. La calentaremos a fuego máximo para que hierva con la mayor rapidez posible.
Una vez caliente el aceite, cocinaremos el ajo y la cebolla. Dejaremos que se cocinen durante siete minutos, revolviendo frecuentemente.
Pasado este tiempo, añadiremos los trocitos de tomate. También agregaremos un toque de sal y pimienta al gusto, y mezclaremos. Tapa para que la salsa se cocine sin deshidratarse.
En el caso de la olla de agua, una vez que el líquido esté hirviendo, agregaremos sal al gusto y un hilo de aceite. Mezclaremos y luego introduciremos los macarrones. Dejaremos que se cocinen a fuego medio, durante 11 minutos.
Lava bien las hojas de albahaca y pícalas finamente. Luego, incorpóralas a la salsa que se está cocinando. Agrega también el orégano y el chorrito de vino. Mezcla bien.
En este punto, prueba la salsa para verificar la sazón. Si hace falta, corrige con más sal y /o pimienta. Mezcla de nuevo y vuelve a tapar.
Aprovecha para abrir las latas de atún y escurrirlas. Así ya tendrás el pescado listo para incorporarlo a la preparación. Opcionalmente, puedes guardar un poco del líquido del atún para después, en caso de que quieras una salsa más líquida y perfumada.
Cuando se termine el tiempo de cocción de la pasta, apagaremos el fuego y la escurriremos con ayuda de un colador.
Regresa la pasta a la olla donde la cocinaste (es importante que la hayas cambiado del lugar donde se hizo la cocción, para que los macarrones no se cocinen más como consecuencia del calor residual). Incorpora los trozos de atún escurrido y mezcla.
Ahora vamos a encargarnos de la salsa. Apaga la cocción y si deseas una salsa más líquida (y con sabor muy concentrado) agrega dos o tres cucharadas del agua de conserva del atún. Mezcla bien y baña los macarrones con esta salsa.
Sirve inmediatamente y espolvorea generosamente cada plato con parmesano rallado. Si lo deseas, también puedes decorar con las hierbas aromáticas frescas de tu preferencia y con un hilo de aceite de oliva.