Para empezar esta receta, tus boquerones deben estar limpios.
Al lado del pescado, prepararemos un plato plano o ligeramente hondo, cubierto con harina. Si quieres que la cubierta de los pescaditos quede más crujiente, puedes mezclar la harina con pan rallado. En cualquier caso, acomoda en el plato una capa lo suficientemente espesa, que servirá para enharinar los boquerones antes de freírlos.
Para cocinar los boquerones, vamos a necesitar una sartén grande, o una olla, en la cual habrá que calentar un chorro generoso de aceite. Haremos que se caliente a fuego medio-alto, pero sin poner la intensidad al máximo para no salpicar toda la cocina. Si en algún momento el aceite comienza a saltar, puedes disminuir ligeramente el fuego.
Mientras el aceite se calienta, vamos a salpimentar los boquerones al gusto. Los cocineros más tradicionalistas utilizan únicamente sal.
Lo siguiente será pasar los boquerones, uno por uno, por el plato con harina. Pasaremos cada uno por ambos lados, para que se vayan impregnando bien del polvo, y enseguida los meteremos al aceite, ya caliente. Iremos colocando los boquerones en pequeños grupos en la sartén, para que se cocinen bien.
Deja que cada boquerón se fría durante dos minutos, máximo tres, hasta que tome su característico color un poco dorado.
Prepara otro plato cubierto con hojas de papel absorbente, para colocar los boquerones escurridos, a medida que los vayas sacando del aceite. Así podrás retirar el exceso de grasa del pescado.
Repite el mismo procedimiento hasta haber cocinado todos los boquerones.
Corta los limones en cuartos y sirve con los boquerones fritos, para que cada comensal puedes exprimir el jugo y sazonarlos a su gusto.