Consigue una olla pequeña y colócala en la cocina, a fuego mínimo. Para esta receta, el calor será únicamente un ligero catalizador para ayudar a mezclar los ingredientes más rápido y mejor.

Agrega el vinagre a la olla y espera un minuto para que tome temperatura.

Luego, incorpora la mostaza y revuelve con una cuchara o espátula de madera, hasta mezclar totalmente.

Enseguida, incorpora igualmente la miel y revuelve hasta obtener una salsa homogénea.

Entonces prueba (con cuidado, para no quemarte) la salsa para adaptarla a tu gusto. Si quieres una salsa más dulce, agrega un poco más de miel. Si la quieres más ácida, agrega mas vinagre, o un poco más de mostaza. Opcionalmente, también puedes agregar una pizca de sal y/o pimienta molida. En cualquier caso, vuelve a mezclar todo.

Eso es todo. Tu salsa de miel y mostaza ya está lista.