Para comenzar, hay que calentar el agua en una olla.
Cuando el agua rompa a ebullición, hay que agregar la harina de arroz, poco a poco, con una mano, mientras que con la otra la vas mezclando con el agua. Continua este procedimiento hasta que hayas mezclado toda la harina, y sobre todo, asegúrate de que no se hagan grumos.
Una vez que el agua y la harina estén mezcladas, incorpora el azúcar y revuelve hasta obtener una pasta homogénea.
Luego, retira esta mezcla del calor y reserva aparte.
Para continuar, hay que encargarse de los vegetales. Primero hay que lavar bien el cebollino, bajo el chorro de agua fría. Hay que escurrirlo, quitarle las raíces y picarlo en rueditas pequeñas, para luego reservarlo, por el momento.
En el caso del trozo de jengibre, hay que comenzar por pelarlo. Luego, hay que picarlo muy finamente, en trocitos lo más pequeños posibles. Una vez picado, completa una cucharada sopera de trocitos, y reserva (aunque puedes agregar un poco más o menos a la salsa, según tu gusto).
Ahora hay que pelar los dientes de ajo. Luego, puedes picarlos en trocitos muy pequeños, o incluso triturarlos : lo que te resulte más fácil. Reserva también este ingrediente.
Es el momento de retomar la mezcla de harina de arroz y azúcar, que ya debe haberse enfriado un poco, para añadirle el chile. Agrega también la salsa de pescado y mezcla bien, hasta obtener una salsa homogénea.
Ahora, agrega el cebollino, el jengibre y el ajo a la pasta. Vuelve a mezclar.
Eso es todo. Ya tu salsa kimchi está lista para utilizarla.