En un bowl grande vierte la harina y haz un hueco en el centro.
En otro bowl, bate los huevos agua y aceite. Cuando los ingredientes se incorporen, viértelos en el hoyo de la harina. Revuelve y forma una bola.
Sobre una superficie limpia y enharinada, da vuelta a la masa y amasa hasta que esté suave y elástica. Cerca de 6 minutos. Puedes agregar un poco de harina si comienza a pegarse.
Coloca la masa en un bowl, tapa y deja reposar por 30 minutos.
En una olla, coloca los ingredientes de la salsa y mueve para revolverlos un poco. Espera a que hierva, baja el fuego a lo mínimo, tapa y cocina por 1 hora revolviendo ocasionalmente.
En un bowl grande, combina los ingredientes del relleno hasta que se integren de manera homogénea. Cubre y refrigera hasta que lo vayas a usar.
Divide la bola de masa en 4. Con el rodillo aplana 1 porción a 1-2 mm de espesor. Trabaja rápidamente para coloca, en una mitad de la masa plana, cucharaditas de relleno dejando 2-3 cm de espacio entre cada una.
Dobla la sábana de masa para cubrir la parte que tiene las bolitas de relleno. Presiona los extremos para sellar la masa y corta cuadros con un cortador para ravioles.
Repite con el resto de la masa y el relleno.
Cuando tengas los ravioles crudos, pon a hervir una olla con agua y sal. Agrega los ravioles y baja a fuego lento.
Cocina hasta que los ravioles floren y estén tiernos, cerca de 1-2 minutos. Drena el agua.
Coloca los ravioles en platos, vierte salsa caliente y disfruta.