Comienza limpiando y bajando el picante de los rocotos. Retira la tapa superior (reserva) y con una cuchara quita las semillas y venas del interior. Te recomendamos usar guantes y evitar tocarte el rostro durante este proceso. Cuando termines, lava muy bien tus manos.
En una olla grande con grande coloca los rocotos limpios y vierte agua hasta que los cubra por completo. Lleva a ebullición, retira del fuego, escurre el agua y vierte más de nuevo (hasta cubrirlos). Repite 3 veces esta operación. Escurre y enfría los rocotos. Reserva.
En un sartén grande a fuego alto, vierte el aceite y sofríe la pasta de ají. Agrega la carne y el laurel. Mueve de vez y cuando hasta que la carne cambie de color.
Agrega la cebolla, ¼ cucharadita de azúcar, sal y pimienta.
Vierte el maní, orégano, aceitunas, huevos duros, pasas y salpimenta al gusto. Retira del fuego. Reserva.
Precalienta tu horno a 180ºC (350ºF). Rellena los rocotos con la mezcla de carne.
Coloca los rocotos rellenos en una bandeja para hornear ligeramente engrasada.
En un bowl, bate 1 huevo con la leche evaporada, sal y pimienta al gusto. Vierte sobre los rocotos.
En otro bowl, bate los 2 huevos restantes. Coloca 1 cucharada sobre cada rocoto y coloca la tapita encima.
Hornea por 15 minutos. Saca del horno y con ayuda de una pala, pasa un plata individual. Sirve caliente y disfruta.