En una olla grande calienta el aceite a fuego bajo. Agrega la chalota y cocina, revolviendo ocasionalmente hasta que se ponga tierna, cerca de 2 minutos.
Agrega el caldo y lleva a punto de ebullición a fuego medio-alto. Agrega las zanahorias y hierve de nuevo. Baja la flama a medio-bajo, agrega el diente de ajo y cocina a fuego lento hasta que las zanahorias estén tiernas, entre 12-15 minutos.
Cuela los ingredientes y colócalos en una licuadora. Vierte la salsa de soya y la miel. Muele hasta que tengas una mezcla suave y homogénea.
Con ayuda de un colador, vierte la mezcla en un bowl y presiona con una cuchara para sacar todo el líquido. Desecha los sólidos que quedan en el colador.
Refrigera en un contenedor hermético o sirve de inmediato con tu platillo favorito. Disfruta.