Por los pocos ingredientes, la preparación del pan de garbanzos puede realizarse con una batidora o manualmente. Te recomendamos que lo hagas con tus manos para que vivas mejor la experiencia.
Toma un bol y agrega todos los ingredientes secos: el harina, la sal y la levadura. Revuelve para que se integren muy bien.
Añade a la harina, la miel, la cucharada de aceite y ve incorporando de a poco el agua. Usa una espátula y con movimientos envolventes ve revolviendo la mezcla hasta que esté compacta.
Enharina tu encimera y colocamos nuestra masa para seguir amansándola bien. Si la notas un poco pegajosa, puedes añadir más harina de garbanzos.
Hacemos de nuestra masa una bola, la guardamos en un bol, la tapamos con un pañito húmedo y la dejamos levar por 1 hora hasta que duplique su tamaño.
Precalienta el horno a 190 grados.
Pasado el tiempo de levado, toma la masa y dale la forma que más te guste al pan. Puede ser redondo u ovalado. Colócalo en una bandeja con un papel encerado y lo llevamos al horno por 45 minutos.
A los 30 minutos de estar en el horno, pínchalo con un palillo de madera para verificar su consistencia.
Una vez horneado, ponlo sobre una rejilla hasta que enfríe completamente para rebanar.
¡Rebánalo en finas rodajas y degústalo!