En otro recipiente, coloca el harina, el azúcar y la sal, revuelve. Abre un espacio en le medio tupo volcán, para añadir el restante de la leche, los huevos y la mantequilla. Con la ayuda de tus manos amasarás hasta conseguir una textura homogénea.
Vas a enharinar tu encimera, colocarás el fermento y la masa para unirlas. Amasarás ambas hasta que se integren completamente y consigas un aspecto manejable. Harás de ella una bola, la guardarás en un bol y taparás con un pañito para dejar reposar por 30 minutos.
Pasado este tiempo, vuelve a estirar tu masa para eliminar todo el gas, harás este proceso durante 7 minutos. Nuevamente le darás la forma de una bola y lo llevarás a la nevera por 1 hora hasta refrigerar para que la masa se compacte.
Pasado el tiempo, sacarás la masa de la nevera, la estirarás y darás forma a tus panes de viene. Corta la masa en porciones iguales, yo los prefiero redondos, pero también los puedes hacer alargados. Cuando estén listos, le harás una abertura en la superficie tipo cruz. Los colocarás en una bandeja con papel encerado y dejarás reposar por 20 minutos.
Precalienta el horno a 220° grados centígrados. Una vez terminado el proceso de reposo, los meterás al horno y dejarás cocinar por 15 minutos.
Los panes deben estar con un color dorado avellanado y una corteza dura, pero con una miga suave.
Los dejarás reposar y estarán listos para consumir.
¡Terminamos!