En un bol, agrega el harina, la sal y la levadura, revuelve hasta incorporar los ingredientes secos.
Abre un espacio en el medio, tipo volcán para añadir el aceite y el agua.
Iniciemos a amasar con las manos hasta lograr una masa homogénea y suave
Pasemos nuestra masa a la encimera de la cocina previamente enharinada para estirar muy bien y lograr una textura muy manejable. Haz de tu masa una bola y guárdala en un bol para dejar levar por 3 horas.
Toma un sartén, agrega un poco de aceite y pongamos a sofreír el diente de ajo y la cebolla.
Posteriormente, añade la pasta de tomate, junto con una pizca de sal, el azúcar azúcar y un poco de orégano. Mezcla todo muy bien y deja cocinar por 15 minutos. Deja reposar.
Precalienta tu horno a 160° grados centígrados.
Toma tu bandeja cuadrada o rectangular y la engrasarás un poco. Estira tu masa bien, dejando un grosor considerable, no tan delgada. Recuerda que se levará, ya que reposó un buen tiempo.
Una vez estirada tu masa, la colocarás encima de la bandeja.
Esparce la salsa de tomate en toda la superficie de la pizza, luego agrega el queso parmesano.
Toma los boquerones o las anchoas, la cortas a la mitad o en pequeñas porciones y espárcelo por toda la superficie.
Ralla tu queso caciocavallo o mozarrrella y agrégalo a la superficie de la masa, procurando que cubra todo.
Posteriormente, pica el albahaca y también se lo añadirás.
El toque final se lo dará el orégano y la pimienta, cuando se lo incorpores encima de los ingredientes previos.
Hornea tu pizza por 30 minutos, hasta que la masa esté bien cocida, el queso de haya derretido y los ingredientes estén bien combinados. El olor de tu pizza te encantará.
¡Disfrútala!