En el agua, ligeramente tibia, diluimos la levadura y dejamos en reposo por 10 minutos.
En un bol mezclamos los 250 g de harina, 3 g de sal, 40 g de azúcar y los 25 g de maicena.
En otro bol batimos el huevo, añadiendo la leche a temperatura ambiente y la levadura.
Integramos los líquidos en los sólidos y con ayuda de una paleta de madera vamos a procurar mezclar todo muy bien para que no queden grumos. La masa debe tener una consistencia pegajosa.
En un mesón enharinado ponemos nuestra masa y empezamos a amasar hasta darle una textura elástica. El amasado es continuo por 5 minutos y luego dejas en reposo hasta conseguir la elasticidad necesaria.
Hacemos un hueco en el centro de la masa y añadimos la mantequilla a temperatura ambiente, amasando para integrarla por completo. Seguimos amasando hasta que la consistencia sea totalmente homogénea, sin que se pegue en las manos.
Introducimos en el bol, tapamos con un papel film y dejamos reposar por dos horas en un sitio cálido.