Vamos a iniciar nuestra receta, lavando el camote y el zapallo. Luego, lo cortarás en cubos y pondrás en una olla a hervir con suficiente agua junto a la rama de canela.
Una vez nuestras hortalizas estén blandas, la sacaremos y dejaremos reposar. Cuando estén frías, colócalas en un bol grande y harás un puré con ellas. Reserva el agua donde hirvieron.
Cuando el agua esté tibia, sacarás dos tazas de ese líquido, échala en un bol para posteriormente agregar la levadura y el azúcar. Mezclarás y deja reposar por 10 minutos hasta que se active.
Pasado ese tiempo, le añadirás el líquido con la levadura activada al puré de zapallo y camote. Mezclará con un poco de fuerza para que todo se integre perfectamente.
Ahora, añadirás la mitad de la harina de trigo, la pizca de sal y comenzarás a mezclar muy bien. Usa una espátula o tus manos. Te quedará una masa un poco pegajosa.
Procede a agregar el restante de harina y volverás a amasar hasta que obtengas una textura homogénea y suave. Si notas que le falta más harina o agua, puedes agregarle. Lo importante es que tu masa esté manejable.
Harás de tu masa una bola, la guardarás en un bol, taparás con un pañito húmedo y dejarás reposar por 2 horas aproximadamente para que crezca.
Cuando pase el tiempo de levado, tomarás tu masa y la amasarás solo un poco.
Calienta un sartén con suficiente aceite.
Toma un bol y añade un poco de agua. Esto te servirá para mojarte las manos antes de hacer los picarones.
Cuando el sartén esté caliente, te mojarás un poco las manos. Tomarás un poco de pasa, dale una forma cilíndrica, que no debe ser perfecta, y luego unirás las puntas hasta que nos quede un disco o anillo que es la apariencia típica del picarón. Harás lo mismo con el resto de la masa.
Fríe tus picarones hasta que estén buen doraditos y cocidos.