Para armar tus hallacas, te recomiendo que dispongas de una mesa limpia y grande para que coloques todos los ingredientes y utensilios.
También te aconsejo que hagas de una vez las bolitas para tus hallacas, del mismo tamaño.
Coloca las pasitas, las alcaparras, aceitunas sin hueso, la cebolla, el pimentón, aceite de onoto, y el guiso en recipientes individuales.
Vas a tomar dos láminas de las hojas y las vas a extender.
Te vas a humedecer un poco las manos con aceite de onoto y la untarás en las hojas.
Posteriormente, tomarás una bolita de masa y con los dedos las vas a extender hasta formar un circulo no perfecto.
Debe verse así.
Ahora, incorporarás el guiso en el centro, extiéndelo un poco. Te recomiendo que sean dos cucharadas aproximadamente.
Luego, le colocarás por encima del guiso, las pasas, las aceitunas, alcaparras, cebolla y pimentón. La cantidad dependerá de tus gustos, te recomiendo que sea en pequeñas proporciones.
Ahora, vamos con una parte importante. Para doblar tu hallaca, deberás tomar os bordes más anchos de las hojas y los unirás hacia arriba.
Así es la forma para hacer la primera envoltura.
Luego, tomarás los otros bordes y terminarás de armar tu hallaca hasta que todo el relleno esté completamente cubierto por la masa.
Harás los mismos pasos, pero esta vez cubriendo a la hallaca con la masa.
En este punto, precederás a amarrar las hallacas con el pabilo previamente cortado en tiras de aproximadamente metro y medio de largo. Crúzala tres veces en cada dirección (horizontal y vertical) y cierra con un nudo o lazo.
Debes repetir este proceso con todas las bolitas o porciones que te salieron.
Para cocinarlas, deberás calentar una olla grande con agua y hervirlas todas por aproximadamente 45 minutos o una hora.
Las hallacas se habrán cocinado e integrado. Para degustar, solo debes sacarla de la hoja y comer caliente.
¡Disfruta del sabor venezolano!