Vamos a iniciar nuestra receta de pan marroquí, activando nuestra levadura. Para ello, vas a mezclarla con el azúcar y le vas a verter un poco de agua tibia hasta que la cubra.
Mezcla y deja reposar por unos 5 minutos hasta que burbujee.
Posteriormente, vas a mezclar el harina de trigo, la sal y la sémola fina en un bol grande. únelas hasta que queden bien integradas.
Luego, le vas agregar la mantequilla e irás integrandolas poco a poco hasta que se adhieran.
En este punto, vas a incorporar la mezcla de levadura que hiciste y mezclamos hasta que vayas integrando perfectamente. En este punto, tu masa estará un poco arenosa.
Le iremos añadiendo agua al ojo porciento de a poco e iremos mezclando muy bien hasta conseguir una textura suave y homogénea.
El secreto está en verter agua poco a poco y amasar perfectamente y por un buen rato hasta que tu masa esté bien integrada y esponjosa.
Una vez que tu masa esté uniforme, la harás un bollito, es decir dale una forma alargada pero gordita. Tápala con un pañito húmedo y deja reposar por 10 minutos.
Pasado ese tiempo, vas a dividir la masa en porciones del mismo tamaño. Pueden salirte aproximadamente 10 0 12. Procede a hacer las bolitas bien redondas.
Enharina tu encimera o mesón y pondrás cada bolita de masa que queden separadas. Las vas a aplastar con las yemas de tus dedos hasta dejarlos aplanados pero manteniendo su forma redonda.
Pondremos las bolitas en una bandeja para horno forrada con papel de cocina. Taparemos los panes, los pinchamos un poco con un tenedor. Tápalos con un pañito húmedo y dejarás reposar por 45 minuto más.
Pasado ese tiempo, hornea a 200° C hasta que los panes se doren en la superficie. Pueden ser de 15 a 20 minutos o menos. Dependerá de tu horno, por ello debes estar pendiente.
Una vez los panes estén doraditos, los vas a sacar, dejarás reposar y ya estarán listos para consumir.
¡Disfrútalos!