Primero cortamos longitudinalmente a la mitad los calabacines.
Les damos unos cortes a lo largo y a lo ancho sin llegar a cortarlos del todo, y les echamos un poco de sal y un chorrito de aceite de oliva.
Los metemos en el horno durante 15 minutos a 180ºC con temperatura en la parte superior del horno.
Una vez hechos, nos ayudamos de una cuchara para separar la pulpa del calabacín y reservamos.
Para preparar la bechamel ponemos una cucharada de aceite junto con una nuez de mantequilla en una sartén.
Cuando la mantequilla esté derretida añadimos las 2 cucharadas de harina rehogamos.
Vamos añadiendo poco a poco la leche sin dejar de remover hasta que espese. Le añadimos una pizca de nuez moscada y sal. Reservamos.
Echamos en una sartén un chorro de aceite de oliva, le añadimos un ajo picado y una cebolla picada.
Lo rehogamos todo.
Pelamos el tomate y lo cortamos en dados para añadirlo a la sartén; le añadimos una pizca de sal y otra de azúcar. Lo dejamos hacer a fuego lento durante 20 minutos.
En otra sartén pochamos la otra cebolla picada, el pimiento verde en trozos pequeños y el otro diente de ajo.
Cuando las verduras estén pochadas añadimos la carne picada de pavo junto con la de los calabacines previamente cortada en pequeños trozos y la dejamos al fuego 5 minutos.
Cogemos los calabacines vacíos y los rellenamos, poniendo primero la carne picada y después una capa de tomate; repetimos con otra de carne y finalmente otra de bechamel. Espolvoreamos con queso para fundir y gratinamos en el horno hasta que se funda el queso y quede dorado.
Servimos y acompañamos con lo que quieras pero que sea un poco de queso parmesano.