Iniciamos remojando las hojas de maíz en agua tibia durante al menos 30 minutos para que se vuelvan flexibles. Asegúrate que la hoja esté limpia y sin residuos. Una vez esté lista, reservamos.
Para el relleno, pela y corta las frutas en trozos pequeños y uniformes. Luego, agrégalas en un sartén a fuego medio, añade el azúcar y revuelve bien. A la mezcla, agrégale canela en polvo para darle un toque aromático y revuelve hasta que se integre bien.
Cocina las frutas a fuego lento, revolviendo ocasionalmente, hasta que estén tiernas pero no deshechas. Una vez estén listas, reserva para que se enfríen.
Ahora, en un tazón, bate la manteca de cerdo hasta tener una consistencia blanca y cremosa. En este punto, mezcla la harina de maíz, azúcar, polvo de hornear y sal.
Agrega lentamente la leche y la leche condensada mientras se mezcla para obtener una masa suave y manejable.
En una superficie plana, extiende una hoja de maíz con la parte rugosa hacia arriba.
Coloca una porción de masa en el centro, extendiéndola uniformemente, en forma de cuadrado para mayor facilidad. Agrega el relleno de frutas preparado sobre la masa.
Ahora, aquí comienza la magia. Una vez agregada el relleno, dobla la hoja de maíz para cerrar el tamal y formar una especie de paquete.
Dobla uno de los lados largos de la hoja hacia el centro, cubriendo la masa y el relleno. Luego dobla el otro lado largo hacia el centro, asegurándote de que ambos lados se superpongan. Por consiguiente, dobla los extremos abiertos hacia adentro para sellar el tamal, después dobla el extremo inferior hacia arriba, cerrándolo completamente.
Coloca el tamal doblado con la unión hacia abajo para evitar que se abra durante la cocción.
Cocinar al vapor durante 2 horas y deja reposar 5 minutos antes de servir.