Inicia la receta y toma las espinacas para desinfectarlas. Para ello, remójalas por 4 minutos en agua y vinagre.
Pasado ese tiempo, vas a escurrirlas muy bien para retirar el exceso de agua.
Una vez listas, trocéalas un poco.
Calienta un sartén e incorpora las cucharadas de mantequilla. Cuando se derrita, agrega las espinacas y saltea por 5 minutos a fuego medio hasta que se blanqueen, es decir, hasta que queden tiernas.
Apaga el sartén, y retira las espinacas. Deja reposar.
Cuando estén a temperatura, coloca la mitad de las espinacas en una licuadora o mixer. Vierte la leche evaporada, el ajo en polvo y sal al gusto.
Licúa un poco, dejando que las espinacas que troceen pero no pierda su textura. Es decir, procesa pero no dejes tu mezcla completamente homogénea.
Vierte la mezcla en un bol, incorpora el queso crema, el parmesano y el resto de las espinacas. Mezcla muy bien hasta que se integren completamente.
Guarda unos minutos en la nevera. Aproximadamente por 7 minutos para que compacte un poco y listo.
Disfrútalo con pan pita crocante.