Ponle sal a las costillas, sin excederte.
Mezcla todas las especias en un mismo recipiente y échaselas a las costillas de manera uniforme.
Mete las costillas en un recipiente plástico tapado y déjalas una hora en la nevera.
Precalienta el horno a 120 grados centígrados.
Pon las costillas en una bandeja grande para hornear, donde quepan cómodamente.
Si tienes una rejilla que las eleve un poco dentro de la bandeja, úsala.
Tapa con papel aluminio. Mete al horno por 2 horas y media aproximadamente.
Transcurrido este tiempo quita el papel aluminio y vuelve a hornear por 90 minutos más.
Nuevamente, pasado el tiempo vuelve a abrir el horno, saca la bandeja con las costillas y báñalas por ambas caras con la salsa barbacoa.
Mete nuevamente las costillas a cocinar y sube la temperatura a 200 grados.
Deja en el horno 10 minutos más, vigilando que no comiencen a quemar.
Si las quieres más marrones, cocínalas más tiempo, pero ten cuidado.
Una vez listas, apaga el horno, pon las costillas en una tabla de madera y llévalas a la mesa con una ración extra de salsa BBQ en un envase para que cada quien le ponga a su antojo.