Empieza por precalentar tu horno a 205° grados. Recuerda que si tiene diferentes opciones para distribuir el calor, lo mejor es utilizar la que lo genera desde arriba y desde abajo.

Utiliza un molde para mezclar los huevos, y bate hasta que generen muchas burbujas. Mientras más batido, mejor: eso hará que la masa quede más esponjosa. Por supuesto, puedes utilizar el batidor manual, pero en un mundo donde el tiempo no sobra, yo me quedo con el eléctrico.

Añade el azúcar y bate todo hasta que se integren muy bien los ingredientes. Vas a ver cómo la mezcla empieza a tomar un tono blanqueado.

Viene el momento del aceite: sin dejar de batir, incorpóralo al recipiente, hasta que se homogeneice con los demás ingredientes.

Luego agrega la leche, mientras continuas batiendo. Si estás usando el batidor eléctrico, es mejor que la viertas poco a poco. Igual, integra totalmente.

Ahora mezcla la harina. Es recomendable que lo hagas poco a poco por dos cosas: una, que no te queden grumos, y la otra, que no se levante con el batidor y hagas un desastre en tu cocina. Una última cosa importante: acuérdate de que sea harina sin levadura añadida. Sino, vas a tener doble levadura en la receta y en lugar de magdalenas pueden salir pequeños mutantes de tu horno. Sigue batiendo hasta que la masa esté totalmente pareja.

Ahora, a mezclar los demás polvos blancos: la levadura y la sal. Revisa que no quede un sólo grumo después de mezclar.

Por último, el ingrediente superestrella: el cacao en polvo. El cacao es un ingrediente complicado para evitar que se formen grumos, así que lo más recomendable es que al momento de añadirlo, lo pases a través de un colador. De esa forma, garantizas que caiga en la mezcla suficientemente suelto. Igual, bate hasta que todo esté homogéneo, y asegúrate de que no queden grumos.

Es verdad que en este mundo el tiempo no sobra, pero cuando se trata de hacer unas buenas magdalenas de chocolate hay que dejar reposar la masa. Y como estas son las magdalenas de chocolate receta de Comedera.com tienes asegurado que van a quedar increíbles, pero eso implica dejar la pasta guardada por 40 minutos en el frigorífico.

Cuando la masa ya haya reposado, vuelve a batir muy ligeramente, sólo lo necesario para que sea más fácil de manejar.

Separa la masa en diferentes moldes de papel rizado, hasta que llenes las tres cuartas partes de cada uno. Si aparte del molde de papel utilizas alguno de soporte rígido, tus magdalenas van a quedar mejor.

Ahora cada molde va al horno por entre 15 y 20 minutos, hasta que las magdalenas tomen un tono dorado, se les forme su respectivo copete y al insertar un cuchillo, éste salga sin residuos. En caso de que eso no pase, mantenlas dentro del horno un poco más.

Después de que estén listas, hay que dejarlas enfriar antes de removerlas de sus moldes (en caso de haber usado un soporte rígido). Una vez frías: banquete.