Comenzaremos por precalentar el horno a 180 grados.
Luego, haremos un condimento para hidratar y dar mucho sabor a las gambas, antes de meterlas al horno. De entrada, pelaremos los dientes de ajo.
En el caso del perejil, lo lavaremos bien, lo escurriremos, y picaremos finamente las hojas. Lo ideal es completar al menos media taza de perejil picado.
Después, conseguiremos un mortero y colocaremos allí el ajo y el perejil. Enseguida picaremos el limón y agregaremos el jugo a la mezcla.
También agregaremos un chorrito de aceite de oliva, un toque de sal y otro de pimienta.
Majaremos todos los ingredientes hasta obtener una pasta más o menos uniforme (sobre todo, sin grandes trozos de ajo). Entonces probaremos el mojo, para asegurarnos de corregir la sazón, si hace falta. Es normal que el condimento tenga un sabor fuerte, que se equilibrará una vez que combinemos su sabor con la carne suave de las gambas.
Ahora vamos a distribuir las gambas limpias sobre una bandeja o recipiente apto para horno, asegurándonos de que no queden superpuestas, para que se cocinen de manera uniforme.
Con la ayuda de un pincel de cocina, distribuye bien el condimento hasta cubrir completamente cada gamba (es fundamental que estén bien cubiertas para que se mantengan hidratadas mientras se cocinan al horno). Si te sobra un poco, puedes verterlo al final por encima.
Enviaremos las gambas al horno para que se cocinen durante 10 minutos.
Una vez pasado este tiempo, saca las gambas del horno y sirve inmediatamente.