Para comenzar, conseguiremos una cacerola grande (antiadherente), en la cual calentar con un par de cucharadas de aceite y el azúcar. Cuando el agua rompa a hervir, agrega la sal y mezcla todo de nuevo. No la agregues antes, porque entonces la sal retrasará el tiempo de calentamiento del agua.

Luego vamos a comenzar a agregar la harina, mientras que al mismo tiempo vamos revolviendo rápidamente con una cuchara de madera, para ir formando la masa, prestando atención a que no queden grumos. Este es el paso más importante de la receta y tenemos que ponerle toda nuestra atención para que quede bien.

Revolveremos sin parar hasta que la masa se compacte, al punto de formar una especie de bola, que se despegara de las paredes de la olla.

Entonces la retiraremos del calor y la dejaremos enfriar durante algunos minutos. Luego, incorporaremos el contenido del huevo y opcionalmente, la esencia que hayamos escogido para perfumar nuestros churros (vainilla, flor de naranjo...). Si la masa está suficientemente fría, podremos mezclar todo con las manos. Si no, podemos ayudarnos con un robot de cocina o amasadora eléctrica.

Cuando todos nuestros ingredientes estén perfectamente integrados, podremos tomar una parte de la masa y ponerla en la churrera o dentro de la manga pastelera.

Dejaremos la churrera o manga de lado, momentáneamente, para preparar un plato plano cubierto con una capa de azúcar. También conseguiremos una sartén grande (o en su defecto, una olla), y verteremos en ella una cantidad abundante de aceite.

Mientras calentamos el aceite, podemos ir haciendo algunos churros y dejándolos sobre una superficie, hasta que el aceite esté bien caliente. También puedes sacarlos directamente de la churrera o manga para el sartén, si te sientes lo suficientemente cómodo con la forma de los churros que están obteniendo. En cualquier caso, no los metas en el aceite hasta que este esté bien caliente.

Tendremos cuidado de que los churros no se peguen entre ellos, una vez que estén en la sartén. Normalmente, tendremos que irlos friendo por turnos. Esperaremos que se doren por un lado y luego, los voltearemos.

A medida que vayan estando dorados, los iremos sacando y si queremos retirar el exceso de grasa, los depositaremos sobre un plato cubierto con una hoja de papel absorbente. Luego, con los churros aún calientes, los pasaremos por el plato con el azúcar, por ambos lados.

1Iremos dejando los churros azucarados en un nuevo plato o recipiente. Repetiremos todo el proceso hasta terminar la masa

1Eso es todo. Los churros pueden consumirse todavía calientes o fríos.