Sobre una superficie limpia y seca, coloca la rebanada de jamón y encima la rebanada de queso manchego. Enrolla y coloca en un plato con la parte del cierre boca abajo para evitar que se abran. Repite con el resto del queso y el jamón.
Mete el plato con los rollitos al refrigerador y deja enfriar por 30-40 minutos.
Retira del refrigerador y si te parece que se van a desenrollar, puedes colocar un palillo para cerrarlos.
En un bowl coloca la harina, en otro el pan molido y en otro los huevos (revueltos).
En un sartén sirve aceite a fuego medio, suficiente para freír los rollitos.
Toma un rollito, pasa por harina, huevo y pan y cuando el aceite esté caliente, coloca en el sartén por 5 minutos o hasta que se doren, si el aceite no lo sumerge puedes girarlos para que todos los lados queden bien fritos. Retira el rollito y coloca sobre una toalla de papel para eliminar el exceso de aceite.
Repite con el resto de los rollitos.
Sirve y disfruta con tu aderezo favorito.