En un tazón grande, vierte la levadura. Agrega la mitad del agua y la mitad del azúcar y revuelve. Deja reposar la mezcla durante 15 minutos a temperatura ambiente, lejos de corrientes de aire.
En el tazón de una batidora de repostería, agrega la harina y el azúcar restante. Haz un hueco en el centro (volcán) y agrega la mantequilla y la mezcla de levadura, agua y azúcar, en los bordes del volcán agrega la sal.
Comienza a amasar agregando lentamente el resto del agua. Después de que el agua esté totalmente incorporada.
Amasa a velocidad media durante 10 minutos. La masa debe ser ligeramente firme y homogénea. Luego coloca la masa sobre una superficie de trabajo ligeramente enharinada y amásala con las manos durante 3 minutos.
Forma un tronco con la masa y divídelo de 20 a 22 trozos de masa de unos 70 g cada uno. Prepara una bandeja enharinada o con papel encerado.
Forma bolas lisas con cada trozo de masa y aplánalas ligeramente con la palma de tu mano. A medida que avance, deposítalas bien espaciadas en la bandeja para hornear.
Cubra los panes con un paño y déjalos subir durante 1 hora y 15 minutos en un lugar cálido y sin corrientes de aire.
15 minutos antes de que finalice el tiempo para que levanten, precalienta el horno a 175°C.
Perfora los bollos con un tenedor y hornéalos durante 25 a 30 minutos o hasta que estén ligeramente dorados.