Inicia tu receta, y agrega agua tibia, el azúcar y la levadura fresca.
Mezcla muy bien y deja reposar unos minutos para que se active.
En otro bol, coloca el harina de trigo y haz un volcán en el centro tipo orificio.
Ahora, agrega el huevo, la mantequilla, el azúcar, el orégano, el queso parmesano, la sal y la mezcla de la levadura ya activada.
Con la ayuda de una paleta o cuchara de madera, vas a ir integrando de afuera hacia adentro hasta que se vaya integrando. Cuando veas que tu masa esté tomando forma, pásala a la encimera de tu cocina o mesa de trabajo.
Amasa por 10 minutos aproximadamente hasta que tome una consistencia suave y esponjosa. Estará lista cuando no se pegue a tus manos y tenga una consistencia suave pero firme.
Haz de tu masa una bola y guarda en un recipiente engrasado, tapa con papel film y deja reposar por aproximadamente 2 horas.
Pasado ese tiempo, tu masa debió aumentar su tamaño. uita el aire de la masa y amasa durante 3 minutos.
Con un cuchillo o cortador de plástico, divide la masa en 4 partes iguales. Deja reposar 15 minutos mientras lo dejas tapado con una toalla limpia.
Mezcla en un recipiente pequeño el orégano y el queso parmesano que dejaste para decorar.
Pasado el tiempo, toma un bollito, presiona para retirar el aire y forma un rectángulo con la masa, enrolla y colócalo sobre la bandeja para el horno, esta debe estar previamente engrasada y enharinada o con papel pergamino. Barniza cada pan con el huevo batido.
Luego esparce por encima de los panes el orégano y el queso parmesano.
Luego haz unos cortes no tan profundos de manera vertical sobre el pan. Cubre nuevamente con una toalla limpia y deja fermentar durante 1 hora.
15 minutos antes de que culmine el proceso de levado, precalienta el horno a 390° F.
Hornea durante 35 minutos, hasta que tomen un color dorado.
Terminado, deja reposar y disfruta.