Limpia y pica el pollo en piezas medianas, traseros, muslitos, alas y pechugas por la mitad. No le quites la piel.
En una taza echa un chorro de aceite de oliva y 1 cucharadita de romero y otra de orégano, revuelve un poco y deja que se repose por unos minutos.
Agrégale sal y pimienta al pollo y luego báñalo con la infusión de aceite y especias. Deja que se marine durante 10 minutos.
Mientras tanto corta los pimientos en tiras gruesas y pela y pica las patatas en trozos medianos.
A continuación, pon las piezas de pollo con la piel hacia arriba, junto a las patatas y pimientos, en una bandeja donde todo quepa cómodamente, si tienes una rejilla que pueda elevarlas un poco mejor aun, porque así permites que la grasa se deposite en el fondo.
Algunas personas ponen el pollo y pimientos elevados en la rejilla y las patatas abajo para que se cocinen con los jugos que caen, esto es una idea bastante divertida. Puedes hacerlo si te provoca.
Cubre la bandeja con papel aluminio y mete al horno precalentado previamente a 200 grados. Deja cocinar de 30 a 40 minutos.
Transcurrido el tiempo, quítale el papel aluminio y deja que se cocine por otros 30 minutos más.
Luego de 1 hora cocinándose tu pollo asado con patatas debería estar listo. Revísalo pinchándole con un palillo de madero o con un cuchillo. Si no sale sangre es que efectivamente ya está cocinado.
Puedes dejarlo 10 minutos más y subir la temperatura a 240 grados si quieres que la piel del pollo se dore un poco más.
Una vez esté listo, retira el pollo asado con patatas del horno.