Primero vamos a adobar y marinar las alitas de pollo. Ponlas en un bol y agrégales 1 cucharada de curry en polvo, sal y pimienta al gusto y el jugo de limón. Mézclalas bien y déjalas marinar por media hora.
Mientras tanto puedes precalentar el horno y cortar los vegetales para la salsa.
Pica la cebolla, tomate y el ajo en cubos pequeños.
Calienta una sartén a fuego medio con un chorro de aceite vegetal y sofríe la cebolla, el ajo y el tomate (en ese orden) hasta que se ponga la cebolla transparente.
En este momento vas a agregar el curry en polvo, la cúrcuma, el comino, la pimienta de cayena y un poco de sal y pimienta al gusto.
Mezcla un poco y deja que se cocinar no más de 2 minutos.
Baja el fuego y agrégale el yogur natural.
Revuelve bien, si ves que necesita un textura un poco más líquida agrégale un poco de agua.
Deja que se cocine todo por unos 10 minutos.
Puedes probar el sabor de la salsa y agregarle más cantidad de cualquiera de los condimentos si lo deseas.
Cuando la salsa esté hecha, pásala por una licuadora o picadora eléctrica para hacer que tenga la textura cremosa deseada. Apaga el fuego y reserva.
Ahora vamos con las alitas, ponlas en una bandeja para hornear con un toque de aceite para que no se peguen y hornéalas a 200 grados.
Deja que se vayan cocinando tranquilamente.
Al transcurrir 20 minutos, sácalas del horno y mójalas con una pequeña cantidad de la salsa de curry que hiciste previamente. Puedes ayudarte con una brocha para que queden bien untadas.
Voltea las alitas y vuelve a meterlas a hornear por otros 20 minutos más.
Luego de este tiempo vuelve a sacarlas del horno, las volteas de nuevo y les untas un poco más de salsa.
Nuevamente las metes a cocinar por 10 minutos más y ahora sí, cuando pase este tiempo, ya estarán listas. Las retiras del horno y las pones en un plato o una bandeja.
Al momento de servirlas, pon la salsa de curry restante en un recipiente pequeño al lado para que las puedas ir untando un poco más y las disfrutes.