Comienza colocando en tu licuadora el queso crema, las leches, vainilla y el chocolate blanco derretido. Licúa hasta obtener una mezcla cremosa. Sirve en un bowl grande y reserva.
En otro bowl, bate la crema para batir hasta que se formen picos suaves en tu batidor.
Agrega la crema, a la mezcla con vainilla, de manera envolvente y con ayuda de una espátula de silicona. Lo importante es hacer lentamente y con cuidado para evitar que se pierda volumen.
Vierte la mezcla de helado en los moldes. Coloca un palito para paleta y mete al congelador por 6 horas o toda la noche si es posible.
Después de congelar las paletas, desmolda con cuidado y sumerge en el chocolate semiamargo. Dale unos golpecitos para quitar el exceso. Regresa al molde y mete al congelador.
Para desmoldar por última vez, sumerge el molde en agua caliente por 5 segundos. Comparte y disfruta.