Lava y pela los camotes. Córtalos en palitos de 1 cm de ancho. Enjuaga los palitos en agua fría 2 veces y tira el agua entre cada enjuague.
En una olla con suficiente agua hirviendo, vierte los camotes y déjalos cocinar por 4 minutos o hasta que estén ligeramente tiernos. Retira de la olla con cuidado y coloca los palitos en un baño de hielo.
En un bowl grande, vierte la maicena y la taza de agua. Mezcla hasta que se incorporen los ingredientes. Sazona la mezcla con sal y pimienta.
Sumerge los camotes en la masa y déjalas reposar por 2 minutos sobre envoltura plástica.
En una olla grande, vierte el aceite y caliéntalo a 180ºC en la estufa.
Dependiendo del tamaño de la olla, vierte entre 10-15 papas de camote al aceite. Con una pala separa las papas pegadas.
Cocina por 5-7 minutos o hasta que adquieran un color dorado.
Saca las papas y colócalas sobre una toalla de papel para que retirar el exceso de aceite. Repite hasta que todas las papas de camote estén listas.
Sazona con sal y pimienta al gusto y si deseas, espolvorea un poco de perejil picado. Sírvelas calientes.