Lava todos los chiles y tomates bajo el chorro de agua. Sécalos con una toalla de papel o tela.
En una olla a fuego medio alto, vierte 2-3 tazas de agua y deja que caliente
En un comal a fuego medio, coloca los tomates, ajos y los chiles serranos.
Los chiles secos (árbol, morita y cascabel) los vas a asar uno por uno. Colocas el chile sobre el comal, presionas con una pala unos segundos, volteas el chile y repites. Una vez que desprenda el olor, retira y pasa a la olla con agua caliente. Repite con el resto de los chiles secos.
Deja los chiles secos en el agua hasta que se hidraten y se pongan suaves. Una vez que cambien su textura, retira la olla del fuego y reserva.
Mientras esperas que los chiles se hidraten, voltea los tomates, chiles serranos y ajos para que se asen por todos lados.
Conforme los ingredientes vayan quedando bien asados, retira del fuego y reserva.
Espera que los tomates rojos enfríen un poco y luego retira el pedúnculo. Quita la cáscara de los ajos.
En tu licuadora coloca 1 tomate rojo (sin pedúnculo), un tomate verde, los chiles y el agua de cocción de chiles. Licúa.
Agrega el resto de los tomates. Licúa hasta que se incorporen todos los ingredientes.
Sirve en un recipiente y disfruta.