Comienza preparando la canasta. Lo primero es colocar una servilleta de tela grande (que sobresalga de los bordes). Después agregar una bolsa de plástico grande sobre la servilleta de tela. Por último coloca hojas/pliegos de papel de estraza sobre la bolsa.
En una olla con agua y sal coloca la papa y hierve por 30-40 minutos o hasta que esté bien cocida. Retira del fuego y deja enfriar. Reserva.
En un sartén mediano, vierte un poco de aceite y cuando esté caliente agrega la cebolla picada en rebanadas, cocina hasta que se pongan transparentes. Retira del fuego y reserva.
Lava y desvena los chiles. Retira el rabito y las semillas.
En una olla pequeña con agua, vierte 1 diente de ajo y ¼ de cebolla. Déjalos hervir por 5 minutos. Retira del fuego y deja enfriar.
En tu licuadora vierte los chiles y la cebolla con ¼ de agua máximo. Cuando los ingredientes se muelan. Pásalos a un sartén con aceite a fuego medio y cocina la salsa por un par de minutos. Sazona con sal al gusto. Baja a fuego bajo (lo más que puedas).
En un bowl, coloca la papa cocida (sin piel), y aplasta al gusto.
En el sartén con salsa, remoja rápido las tortillas con ayuda de unas pinzas. Coloca la tortilla sobre un plato, rellena con 1 cucharada de papa, dobla la tortilla y pon en la canasta; cierra la bolsa para que no escape el calor.
Repite el proceso con el resto de las tortillas y los guisados. Cada 4-5 tacos vierte un poco de cebollas caramelizadas encima de ellos y apila el siguiente taco.
Si usas diferentes guisos te recomendamos apilarlos por ingrediente en columnas, uno al lado de otro.
Cuando termines de meter los tacos en la canasta, coloca otro papel estraza sobre ellos, cierra muy bien la bolsa de plástico y tapa con otra tela o toalla.
Deja reposar (sudar) al menos por 1 hora.
Sirve y disfruta.