- Comencemos con la base de la tarta. Lo primero que tendremos que hacer es meter las galletas en un robot de cocina para que se conviertan en migas. También puedes hacer este proceso a la mano, con un mazo o alguna herramienta de cocina equivalente. El punto es triturar las galletas para luego poder usarlas para hacer una pasta.
- Después, vamos a fundir la mantequilla, con cuidado para no quemarla. Podemos hacer esto en una olla, a fuego bajo, o mejor aún, en el microondas, para ser más rápidos. Sólo hace falta calentar este ingrediente por un tiempo muy breve. La idea no es que se funda totalmente, sino que quede cremoso. Si quieres ser más ecológico, puedes sacarla del refrigerador con bastante anticipación, y dejarla a temperatura ambiente, para que se ablande sola.
- Lo que sigue es mezclar las migas de galletas con la mantequilla. Podemos aprovechar el robot de cocina para hacer esto, o si trituraron las galletas a la mano, entonces integrar los ingredientes en un recipiente, con ayuda de un batidor manual.
- Una vez obtenida una pasta homogénea, vamos a depositarla en el fondo de un molde de tarta, de preferencia desmontable. Yo prefiero enmantequillar un poquito el molde antes de comenzar a acomodar la masa, para asegurarme de que luego se despegue con facilidad. También se puede utilizar una hoja de papel vegetal.
- Para darle forma a la masa de galletas, vamos a aplastar la pasta de migas contra la superficie inferior del molde. Podemos ayudarnos con una cuchara de cocina o con tenedores, para irla acomodando de forma tal que cubra todo el fondo y que quede de un grosor uniforme.