Corta la cebolla en cubos pequeños.
El tomate también lo vas a picar del mismo tamaño de la cebolla. Como está maduro va a soltar bastante líquido, procura conservarlo para la cocción.
Calienta una sartén grande a fuego medio, agrégale un chorro generoso de aceite vegetal y echa primero la cebolla.
Sofríela un par de minutos removiendo constantemente.
Agrega el tomate y sigue sofriendo unos minutos más.
Ahora ponle una pizca de sal a esta fritura, revuelve un poco más y echa los cuatro huevos.
Mezcla bien, constantemente para que se vayan cocinando uniformemente como si fuera huevos revueltos tradicionales.
Puedes cocinar más o menos tiempo dependiendo de la consistencia que desees que tengan.
Una vez listos, vuelve a probar la sal, ponle más si lo crees necesario, agrega pimienta al gusto y sirve inmediatamente.