Asumimos que antes de empezar ya tenías la dorada limpia y lista para cocinar, sin escamas y sin los órganos internos.
Precalienta el horno a 200 grados.
En una bandeja para hornear, pon una pieza de papel de hornear y encima de ella pon la dorada entera.
A continuación cúbrela por completo con la sal gruesa. Debe quedar totalmente tapada por una capa gruesa de la sal.
Lo único que vas a dejar visible es un hueco donde se le vea un ojo al pescado, con esto vas a poder mirar cuando esté ya cocida la dorada.
Ahora simplemente mete la bandeja con el pescado al horno.
Cocina por aproximadamente media hora. Transcurrido este tiempo verás que el ojo se ha oscurecido y que la costra de sal se ha endurecido y dorado ligeramente. Entonces será momento de retirar el pescado del horno.
Deja que repose unos minutos y ahora procede a romper la costra con ayuda de una cuchara de metal.
Luego simplemente ve retirando poco a poco y con cuidado la capa de sal y dejando el pescado expuesto.
Ahora sí, puedes disfrutar de una deliciosa dorada a la sal.