Lava las hojas de lechuga y espinacas y trocéalas con las manos. Cuando estén bien escurridas ponlas en una ensaladera.
Corta los tomates cherry por la mitad y ponlos en la ensaladera
Pica la cebolla en cubos pequeños y júntala también con el tomate y las hojas verdes.
Rompe el queso ricota con las manos en tamaños similares a los tomates cherry. Échalos en la ensaladera.
Abre la lata de sardinas y cuela muy bien el líquido, mientras menos tenga, mejor. Puedes ayudarte poniendo las sardinas en un colador y dejando escurrir un par de minutos.
Trocea las sardinas en tamaños medianos o a tu gusto.
Agrega a la ensaladera.
Ahora pon sal y pimienta al gusto, luego un chorro de aceite de oliva.
Mezcla todo, con cuidado porque la sardina se puede deshacer muy fácilmente.
Listo, ya puedes disfrutar de una ensalada distinta.