Empezamos separando una taza de leche y colocarla en el congelador, pues la usaremos más adelante.
Toma la leche restante y mézclala con los 300 gramos de azúcar, la piel del limón y la media ramita de canela. Lleva la mezcla a fuego bajo.
En un recipiente aparte mezcla las 8 yemas de huevo, la cucharadita de Maicena y la taza de leche fría que se encontraba en el congelador. Revuelve bien y añade estos ingredientes a la mezcla que está en el fuego.
Baja el fuego al mínimo y no dejes de mover hasta que espese muy bien el helado. No dejes que hierva ni que se pegue. Ayúdate con una paleta de madera para mover la mezcla.
Cuando haya espesado, retírala del fuego y cuela con un colador fino para obtener una crema libre de grumos. Añade los 250 gramos de almendras molidas y deja que la mezcla se enfríe.
Cuando haya alcanzado la temperatura ambiente, coloca la mezcla en un recipiente adecuado para el frío y lleva al congelador por entre 2 y 3 horas. Cada 30 minutos deberás remover el helado de almendras con una espátula para evitar que el azúcar se cristalice.
Pasado este tiempo estará listo el helado de almendras casero. Saca del congelador 15 minutos antes de servirlo.
Sirve en una copa o vaso y decora con las almendras.