Comenzaremos por montar la nata. En una batidora agregamos la nata y empezamos a batir a velocidad media-alta. También lo puedes hacer a mano con ayuda de un batidor.
Una vez aumente su volumen, es hora de añadir la leche condensada, cuando estén integrados los ingredientes, deja reposar en la nevera para que esté bien frio al momento de volver a utilizar.
Ahora, toma un limón y ralla la cascara sin tocar la parte blanca del limón.
En un bol, incorpora el azúcar glass y la ralladura de limón. Mueve bien y agrega el zumo de limón, ahora bate hasta que quede una mezcla espesa.
Saca la nata montada de la nevera y agrega la mezcla anterior. Bate suavemente con movimientos envolventes para no bajar su tamaño.
Es momento de colocar nuestra mezcla en un bol. Luego con papel film cubre por encima tocando la superficie del helado de limón.
Dejas el helado en tu nevera durante 6 horas o cuando este listo, puedes mover con un batidor o en la licuadora cada 20 minutos para que quede una textura más cremosa y suave.
Pasadas las 6 horas, ya tu helado de limón está listo para degustar.