Receta de invierno: Cerdo cremoso con hongos

Ahora que en la mitad del mundo hace frío es hora de preparar platos que ayuden a mantener arriba las calorías.

Nada mejor para esto que incorporar a tu dieta una que otra receta de invierno: de esas que están hechas a base de mantequilla, crema de leche, cerdo y demás delicias.

Una buena comida de invierno que puedes preparar es este sencillo (realmente sencillo) y delicioso cerdo con crema y hongos.

Esta receta es de esas que se multiplican, así de que aquí pueden comer 4 personas, ó puedes comer tú 4 veces.

Receta de invierno: cerdo cremoso con hongos

Ingredientes:

½ kg de carne de cerdo (si es lomo, mejor)
250gr de champiñones frescos
1 cebolla mediana
200 mililitros de crema de leche
1 cucharadita de mostaza
1 cucharada de mantequilla
Un chorro de vino blanco
Sal
Pimienta recién molida

Preparación:

Pica el cerdo en tiras o cubos medianos, da igual. Agrégale sal y cocínalo con poco aceite en una sartén grande a fuego medio. Procura que se dore ligeramente, retira del calor y reserva.

En la misma sartén agrega la mantequilla y gota de aceite vegetal, sofríe la cebolla, también a fuego medio. Cuando esté transparente incorpora los hongos con algo de sal y revuelve bien.

Agrega un chorro de vino blanco de cocina y mezcla bien con una paleta hasta que se evapore el alcohol. Para este momento el olor que va a salir de la preparación te va a volver loco. Está bien, sufrir por una comida deliciosa está más que bien.

Vuelve a poner el cerdo en la sartén donde estás preparando todo, mezcla un poco y agrega toda la crema de leche.

Deja que se cocine un rato revolviendo cada cierto tiempo. A continuación agrega la mostaza y un algo de pimienta negra.

Transcurridos unos 10 minutos de cocción a fuego medio el líquido debería haber reducido y la salsa haberse espesado un poco. Pruébala y corrige sal y pimienta de ser necesario.

Ya está listo. Ahora retira del fuego tu cerdo cremoso con hongos y sirve bien caliente. Puedes acompañar esta deliciosa receta de invierno con puré de patatas y una buena ensalada de lechugas y rúcula para que no digan que tú no comes “verde”.

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