Comiendo en la Isla Margarita

La isla Margarita es mi lugar favorito de Venezuela.

Estuve de trabajo por allá en estos días y aproveché para hacer lo que más me gusta en el universo: sentarme a comer como los dioses.

Tampoco fue que me dediqué a degustar mil platos durante todo el viaje. Pero sí me divertí en varias ocasiones.

Una crema de guacuco un poco pasada de maizena y un divertido pargo frito en Juan Griego fueron los platos que, aun cuando estuvieron bien, no cumplieron las expectativas. Eso, y la cantidad de moscas dentro de un local con aire acondicionado/ventilador. No me acuerdo el nombre del restaurant, y tampoco importa mucho.

Al día siguiente, luego de la respectiva jornada fotográfica matutina almorcé en lo que posiblemente sea el mejor restaurant de toda la isla: La Casa de Rubén, en Porlamar.

Cuentan por ahi que el señor Rubén fue el creador del pastel de chucho, otros un poco más cautelosos aclaran que él agarró la receta original y la reinventó para lograr el plato que hoy conocemos. Da igual, yo no comí pastel de chucho, pedi unos increibles calamares rellenos de.. chucho, acompañados por tostones y el mejor arroz con chipi-chipi del planeta tierra.

Antes de este plato, mis compañeros de almuerzo y yo degustamos un casabe demasiado simpático al cual aderecé enfermizamente con una salsa picante a base de rocoto y zanahoria que te ponen en la mesa que no tiene explicación alguna el sabor.

Además, comimos una ensalada de catalana con tomate margariteño, súper fresca, y tan buena de sabor como todo lo anterior.

Todos los platos bien presentados, ingredientes frescos, y el menú entero es súper original, es gastronomía local. Y ya, no promociono más el lugar porque el señor Rubén no me ha contratado para hacerle publicidad… aun…

Otra de las cosas simpáticas que comí fue un risotto mar y monte (monte=champiñones) en la Trattoria La Romana. Buen plato, con sabores súper concentrados, quizás un poquito excesivo el gusto de las conchas de mar, pero nada que resultara molesto. Lo único que sí fue molesto es que se dieron postín en traer la comida. Ah, y que justo a esa hora se les ocurrió reparar la alarma de emergencia que no funcionaba, y claro, para repararla tenían que hacerla sonar 😀

También comí otras cosas, sushi en 2 ocasiones, ceviche peruano, y un día que me dolía la barriga cené una pechuga de pollo con miel y mostaza, normalonga.  Nada que merezca foto, bueno el ceviche sí:

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